lunes, 27 de junio de 2011

Hagamos un trato

Hace ya unos días que veo el anuncio de Movistar en la tele. Me gusta mucho, así que he decido proponerte a ti mi trato. Espero que te parezca justo y lo aceptes...

Ahí va:

Hagamos un trato. Yo cada noche robaré todas las estrellas y te las daré para que juegues con ellas y bajaré la luna hasta tu cama para que te alumbre con su suave luz. No te digo sólo una noche, si no todos los días de mi vida...

¿Riesgo? Tomaré sólo el justo y necesario, y siempre cuando tú estés presente para que me regañes si me excedo...

Te prometo que mi vida será lo que más quiera del mundo, porque mi vida eres tú...

A cambio de esto, no te pido nada. Sólo que estés conmigo...

¿Aceptas?

viernes, 17 de junio de 2011

Emprender

Los días son largos, los instantes se esfuerzan en ser momentos y la noche llega como el carcelero que reparte la cena, tan esperado y odiado a la vez...

Sabes que nunca he sido de esperar sentado y ahora que me veo obligado a dar tregua a unos pocos tendones y músculos, mi cabeza no para de ejecutar una y mil acciones que mis músculos aún no pueden emprender...

He deshecho ya muchas veces el entuerto en el que se encuentra el mundo, pero al poco tiempo lo he vuelto a formar para resolverlo mejor que la vez anterior. ¡Qué difícil es todo! Sobretodo empezar...

En mi cabeza hay muchas decisiones, muchas acciones, muchas conclusiones, muchas ideas y proyectos que no me atrevo a empezar. Hoy he vuelto a releer el "IF" de Rudyard Kipling y como siempre me ha dado un gran empujón psicológico, me ha tendido una mano de ayuda, me ha hecho ver que todo es tan difícil y tan fácil a la vez como volver a empezar...

Dejo aquí uno de los mejores poemas que jamás he leído:


Si

Si puedes mantener la cabeza cuando todo a tu alrededor
pierde la suya y te culpan por ello;
Si puedes confiar en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero admites también sus dudas;
Si puedes esperar sin cansarte en la espera,
o, siendo engañado, no pagar con mentiras,
o, siendo odiado, no dar lugar al odio,
y sin embargo no parecer demasiado bueno, ni hablar demasiado sabiamente;

Si puedes soñar-y no hacer de los sueños tu maestro;
Si puedes pensar-y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el desastre
y tratar a esos dos impostores exactamente igual,
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho
retorcida por malvados para hacer una trampa para tontos,
O ver rotas las cosas que has puesto en tu vida
y agacharte y reconstruirlas con herramientas desgastadas;

Si puedes hacer un montón con todas tus ganancias
y arriesgarlo a un golpe de azar,
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y no decir nunca una palabra acerca de tu pérdida;
Si puedes forzar tu corazón y nervios y tendones
para jugar tu turno mucho tiempo después de que se hayan gastado
y así mantenerte cuando no queda nada dentro de ti
excepto la Voluntad que les dice: “¡Resistid!”

Si puedes hablar con multitudes y mantener tu virtud
o pasear con reyes y no perder el sentido común;
Si ni los enemigos ni los queridos amigos pueden herirte;
Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado;
Si puedes llenar el minuto inolvidable
con un recorrido de sesenta valiosos segundos.
Tuya es la Tierra y todo lo que contiene,
y —lo que es más— ¡serás un Hombre, hijo mío!


Gracias Rudyard por haber escrito ésto, muchas gracias...

domingo, 5 de junio de 2011

De paseo

Aunque el cielo amenaza lluvia me es imposible estar quieto en ningún sitio. Hace fresco pero no voy a renunciar a mis pantalones cortos por una simple brisa. Me calzo las zapatillas que me regalaste y me voy a hacer todos los kilómetros que mis músculos y las energías acumuladas me permitan.

Salgo de casa y me sumerjo en mi mundo escuchando mi música y pensando en ti…

Hoy voy a la playa, la mar está como a mi me gusta, enfadada. Maldito brazo! Con lo a gusto que me metería en el agua… Las olas son buenas para jugar con ellas y hay un poco de mar de fondo que hace un día perfecto para remar, pero desafortunadamente hasta dentro de unos meses no podré… No paro de andar y pensar. El sonido del mar es precioso. Poco a poco me va embelesando, conquistando y casi sin pensarlo y sin saber porque desconecto la música para sumirme totalmente esclavo ya en el paisaje que siempre la mar me propone…

No hay nadie en la playa y siento que la mar me habla. Su sonido ya me tiene completamente hipnotizado… Sigo andando y cada vez son más fuertes los deseos de entrar…

Nos imagino a los dos navegando de nuevo. Rodeados de azul, de ese azul fuerte, extraño y profundo que tanto nos gusta. Me imagino zambulléndome en su interior, disfrutando de la inmensidad y la paz que sólo el fondo de la mar proporciona, apurando hasta el último gramo de oxígeno y al fin salir exhausto para encontrar como primera imagen tu cara con tu preciosa sonrisa…

Nos imagino de nuevo entre praderas de posidonia. Tú esperando no encontrar ningún “bicho raro” y yo deseando que jamás acabe la botella que cargamos en nuestras espaldas. De nuevo contigo bajo el mar, de nuevo juntos sin preocupaciones, sin relojes, sin móviles, sin noción del tiempo, de nuevo juntos…

Me pasaría el día de paseo por aquí pero mi cabeza y mis piernas están entrando en un conflicto difícil de resolver amistosamente por ambas partes así que creo que es hora de marcharme. Te enviaré esta foto. Sé que te gustará, aunque me odiarás un poco por hacerlo. Pero también sé que sabes que lo hago porque te gusta.

Te echo mucho de menos mi vida…