domingo, 22 de abril de 2012

Bendita maldita indisposición

Despertamos juntos, y antes de abrir siquiera los ojos ya estaba atrapado entre tus brazos. Creo que no se me ocurre mejor forma de despertar...

El día discurría lento, tranquilo, con el sosiego al que obliga una noche de fiesta y con la felicidad que sólo la diversión sincera es capaz de aportar al cuerpo. Recordamos mil y una imágenes, mil y una situación y reímos, nos reímos juntos.

El sofá nos secuestro, aunque siendo sinceros, nosotros no opusimos mucha resistencia... Me robaste mi espacio y cedí encantado a la obligación de tener que juntar nuestros cuerpos. Estábamos cansados, pero sacamos las últimas fuerzas que nos quedaban para reir...

Mis manos dibujaban estrellas en tu cuerpo y éste se estremecía al sentirlas frías. Nunca me canso de recorrer tu suave piel con mis manos y sentir como te estremeces entre ellas... Quería sentirte pero aquella maldita indisposición lo evitó... Me sentí mal, muy mal. Débil, muy débil...

No sé que pasó, pero en breves instantes todo se volvió blanco y mi cuerpo era incapaz de soportar el peso de mis brazos... Tú estabas a mi lado, me ayudaste, me abrazaste, me hiciste sonreir y aunque me negué rotundamente me obligaste a descansar...

Dejaste mi habitación oscura, me arropaste y te despediste de mi con un beso mientras susurrabas algo en mi oido.

¿Cómo es posible que puedas hacerme sentir tan feliz cuando me siento tan mal?

Gracias mi vida, eres un sol...

viernes, 13 de abril de 2012

Por fin...

Después de mucho tiempo por fin lo conseguiré! No sin peleas ni discusiones, no tan fácil como me hubiese gustado, pero lo conseguiré... Quizá así, después de tanto tiempo, disfrutaré aún más de tu presencia!

Puede que sea un estúpido, puede que no sepas lo importante que es para mi porque seguramente no te has parado a pensarlo, puede incluso que no lo entiendas, pero mañana llegaré cogido de tu mano y sólo eso ya cambiará todo...

Mañana juntaré lo que un día fue lo más importante de mi vida con lo que ahora lo es y aunque mi inexpresiva cara y mi incapacidad de demostrar nada no lo digan seré el más feliz del mundo...

Los sentimientos se pelearán por acaparar mi atención en una orgía de orgullo, felicidad y alegría y seguro que en algún instante la pelea contra mis lágrimas será la de David contra Goliat...

Vas a convertir una ocasión especial en una ocasión especial y maravillosa y espero disfrutarla como un niño pequeño el día de reyes.

Gracias por venir pekeñaja, por fin, durante un tiempo, no te echaré de menos...