domingo, 17 de octubre de 2010

Ira

Toda la tarde. Interminables horas que han durado mucho más de sesenta minutos... El engranaje de las agujas de los relojes parecía oxidado y por instantes mi cabeza empezaba a arder recordando todo el rencor que tiene acumulado... El rencor se convierte en pocos intantes en ira y ésta tarda mucho en desaparecer...

Se que ya no tengo futuro en esta empresa, se que lo único que me queda es aguantar hasta que tenga la suerte (porque hoy en día es cuestión de suerte) de encontrar un nuevo trabajo. Esta situación me quema por dentro, me cambia el humor y me está destrozando por dentro... Intento llevarlo lo mejor posible, aunque muchas veces mi lado emocional vence al racional y aunque se que no debo hacerlo me desplomo... Pienso en mi situación y me entristezco, pienso en todo lo que estoy dejando de lado y mi ánimo decae hasta lo más profundo de la tierra pero lo peor es cuando pienso que no puedo estar a tu lado y la ira fluye por cada poro de mi cuerpo... No me gusta hablar de trabajo porque se que siempre estoy al límite de explotar, y estar ahora aquí donde no se habla de nada que no sea de eso no me ayuda nada...

Quería salir un rato, pasear, despejarme, dejar escapar todas las ideas que mi yo impulsivo ha formado esta tarde e intenta hacer que lleve a cabo, pero no he podido, estoy destrozado, sin ánimos, sin ganas de comer... Sólo quiero dejar pasar los interminables segundos hasta que mis ojos se cierren, y como dice el refrán: "mañana será otro día".

Si supieses cuanto te echo de menos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario